Miedo al error y cómo ser menos duros con nosotros
Equivocarte no tiene absolutamente nada que ver con fracasar. Darte cuenta de que algo funciona o no, es crucial para crecer. El músculo de la creatividad se fortalece al permitirte explorar, acertar unas veces y fallar otras. El miedo al error muchas veces está conectado con el miedo al cambio, a que se te muevan los esquemas de quién eres y cómo son los demás. Algo inevitable si estás vivo y en relación con otros. Estoy segura que hay en ti un profundo deseo de explorar y a la vez, quizá te gustaría permanecer en la seguridad del status quo, en lo predecible y controlable. No hay nada de malo con el control, está muy bien querer un cierto grado de certeza. El problema aparece cuando el exceso de control te paraliza y le dejas muy poco espacio a la novedad y a nutrirte del contacto con lo diferente. El exceso de control también hace que no te permitas vivir el error con dignidad, reflexión y apertura. Permitirte el error y procesarlo, en lugar de debilitarte, te fortalece y ayuda a re-configurar lo que eres. (Es importante tener en cuenta que, lo que somos no es estático, que va cambiando y ampliándose con las experiencias que asimiladas).
Cada día más psicólogos y psicoanalistas contemporáneos se están interesando por la terapia Gestalt debido a su enfoque práctico y relacional. Además, es una terapia creativa y exploratoria que ocurre en un entorno cálido y respetuoso en el que no hay errores, sino ensayos. En este espacio también se acogen todo tipo de emociones sin vergüenza, ni culpabilidad. Algo que es en sí mismo, bastante sanador.
